miércoles, 15 de mayo de 2013

DIA 2

Me traslado en autobús a la facultad. Es bastante lento, no imaginaba que la facultad estuviera tan lejos. Chari me había indicado que era la última parada de la línea 39A. Lo primero que me impresiona es lo apartada que está la facultad de Bellas Artes del resto, esto ya empieza a configurar en mi mente la imagen de un espacio aislado. Entro en la facultad y me encuentro con una mujer de escayola que mira hacia la derecha asustada. Me voy empapando de todos estos mensajes invisibles que me transmite el espacio.
Avanzo y me doy cuenta de que realmente son dos edificios en uno. Uno blanco, el otro gris, ambos inmaculados.

Lo primero que hago es cumplir con lo que prometí a Chari. Fui a ver a su profesora de retrato, Lorena Amorós, Chari me pidió el favor de que le enseñara su autorretrato. Quería saber si tenía que corregir algo en él.  Lorena estuvo encantada de conocerme y me dio muchas indicaciones para que Chari avanzara con el autorretrato. Aproveché el momento para conocer a algunos de sus compañeros, me preguntaron acerca de las costumbres francesas, como por ejemplo esa de dar un solo beso en la mejilla. Los invité a todos a participar en la performance que llevaría acabo en un rato en la planta baja.

Habiendo cumplido con lo prometido, me dirigí hacia el lugar donde se llevaría a cabo la performance para preparar la misma. Allí me encontré a Dalí dormitando con una cuchara en la mano, alguien me dijo que estaba durmiendo la siesta. Me gustaron mucho los manuales que las chicas organizadoras del proyecto habían diseñado con motivo de nuestras acciones.

Mientras Dalí captaba a gente para crear espacios surrealistas a partir de pompas de jabón, yo empecé a preparar mi almuerzo cromático de color naranja. El día anterior compré los materiales necesarios para esta performance: papaya, mandarinas, naranjas, nísperos, ganchitos de queso, zanahorias, cacahuetes, fruta en papilla con envase naranja y zumo de naranja. Me gustó advertir a los dependientes de las tiendas de mi compra cromática, me divertía hacerlo simplemente por observar su reacción. Muchos de ellos se reían.

La idea que quería plantear con este almuerzo cromático era la de llevar el color por dentro, ya que las políticas del lugar reprimen la expresión e intervención directa en el espacio. Además elegí el color naranja como símbolo de la vitalidad, para a través de él convertir la comida en un objeto mágico e iniciático más enfocado en transformar al individuo que al mero espacio, ya que pienso que el poder de cambiar las cosas reside en cada persona. Pero una sola piedra no crea montañas. Era importantísimo generar un acontecimiento colectivo, donde se generaran procesos colaborativos y conexiones entre mi persona y los participantes, para sentir un nexo común, un hilo naranja que nos unía a todos.

Tras llenarnos de vida por dentro y observar los cadáveres exquisitos que Dalí y sus seguidores realizaron (también decidí intervenir a Dalí con el color naranja poniéndolo en su pelo) iniciamos la acción de perseguir a alguien. Hubo varios intentos, pero el más interesante sin duda fue en el que seguimos a una de las chicas de la limpieza. La persecución nos llevó hasta su habitación "hogar" donde la esperaban el resto de sus compañeras. En seguida me di cuenta de que ese lugar era el más cotidiano y habitado de toda la facultad. Tenían su sofá, sus fotos de chicos guapos en las paredes, su espejo, su mesa con el tapete, etc. Fue esa casualidad la que me llevó a descubrir la realidad opuesta al espacio dado. También cabe señalar que este espacio de las trabajadoras de la limpieza está oculto. No se puede acceder fácilmente a él y tampoco lo puedes ver desde fuera, ya que la puerta de entrada que da a la calle es opaca.

De vuelta al lugar donde instalé el almuerzo cromático pasamos por el hall, donde descubrí que había una resonancia increíble  Decidí adoptar ese espacio sonoramente cantando una canción en francés, mucha gente se quedó sorprendida, ya que la voz se escuchaba muy fuerte. Estoy muy contenta con este día, la gente que participó fue fantástica. En general un primer día en la facultad muy interesante e inspirador.

Al acabar las performances empezó a llover increíblemente fuerte y Dalí y yo salimos a la calle para sentir la lluvia. El agua entraba por la parte trasera de la facultad creando unas corrientes que parecían las ramas de un árbol. Inmediatamente me llegó la ensoñación de que el agua estaba interviniendo el espacio a su manera, nos estaba ayudando. Tras este inciso mojado, Sofía nos entrevistó a Dalí y a mi acerca de las acciones que acabábamos de realizar.

Después de este día tan increíble me volví a encontrar con Dalí en el concierto de Música antigua al que nos invitaron Chari y Vero, dos de las organizadoras de este proyecto. Preciosos sonidos celestiales dieron punto y final a este día que parecía no tener fin.

Prenez soin de vous

Sophie Calle.

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